Verano de 2008. Era el momento de dar un paso adelante en mi afición a las comunicaciones vía satélite, de conseguir una de esas antenas que desde pequeño me llamaban la atención cuando las veía en las películas americanas. Una de esas BUD (Big Ugly Dish) que se popularizaron en los Estados Unidos durante los años 70′s y 80′s para recibir banda C.
Yo quería uno de esos antenones americanos y, no podía ser de otro modo, en EEUU me la compré. En una tienda de Miami (www.prosat.com) tenían un modelo petalizado bastante asequible que, transporte incluído, me vendieron por unos 300€.
Tras poco más de una semana de espera comenzó lo más divertido del proyecto: buscar la ubicación adecuada, para que ningún obstáculo me limitara la recepción, y preparar el terreno para levantar el mástil y una caseta de madera que se convertiría en mi pequeño laboratorio.
Después de hacer mediciones con un equipo de lo más rudimentario (antena Offset de 80 cm, receptor y televisor) encontré el sitio ideal, el que, en teoría, me permitiría recibir desde el Amazonas (61º W) hasta el Intelsat 7-10 (68,5ºE), más hacia el este imposible (con una elevación de menos de 4º el límite lo ponen las montañas).
La antena está en un lugar alto, llano y bastante azotado por el viento. Por eso, a la hora de fabricar el soporte no escatimé en hierro y hormigón.
La cimentación y una columna de medio metro de altura necesitaron 2,3 metros cúbicos de hormigón. Puede parecer una barbaridad pero, a los pocos meses de montar la antena, pasó el ciclón Klaus, con vientos de casi 200 Km/h y la antena aguantó perfectamente (sólo me hizo falta reajustarla). A pocos metros de la antena, Klaus se llevó árboles, tejados, torretas de alta tensión e, incluso, un seguidor solar.
Una vez se secó el cemento llegó la hora de atornillar el mástil a la base y de montar la estructura de la antena y de ensamblar los pétalos. Quedando todo listo para empezar con la orientación de la antena y la colocación del brazo actuador.
Una vez más, tocó hacer uso de mis rudimentarios equipos. Un generador, una escalera, un televisor portátil conectado al receptor de satélite y un sencillo inclinómetro eran todas mis herramientas para orientar la antena.
Todavía recuerdo la alegría con la que viví el momento en el que apareció en la pantalla del televisor la señal del Telecom 2D, el satélite “más al sur” desde mi ubicación y por el que debía de comenzar a ajustar el recorrido por el arco de satélites.
En un primer momento, la idea era instalar un único LNB preparado para banda C y banda Ku. Obviamente, el rendimiento es bastante inferior que el de un LNB específico para cada banda pero, todo apuntaba a que sería suficiente para captar todos los canales en banda C que pretendía. Eso si, las pérdidas en banda Ku (especialmente en polarización horizontal) resultaron ser bastante elevadas, haciendo que el conjunto rindiera menos que una antena Offset de 1 m. Por lo tanto, instalé un segundo LNB (únicamente para banda Ku) ligeramente descentrado, que aprovecharía casi la totalidad de la ganancia de la antena.
Ahora que ya estaba la antena montanda y ajustada, tocaba comenzar la segunda parte del proyecto, instalar una caseta de madera donde poder trastear con la parabólica tanto en verano como en invierno. Un pequeño laboratorio de 9 metros cuadrados donde en un futuro, espero que no muy lejano, también tendrán cabida otros equipos
Te felicito amigo, debes haber soportado buena descarga de adrenalina durante el tiempo que tardaste en lograr tu objetivo, por demás bien emocionante e interesante y muy bien el relato sencillo que haces hasta lograr tu acometida. Bueno, bueno....
ResponderEliminarGracias Tiburonis,,
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